Espíritu viajero
El Káiser lo ha vuelto a hacer: convertir un accesorio inesperado en un objeto fetiche cercano a la parafilia fashionista. Sus mochilas de lona graffiteadas para Chanel se lanzaron en Colette y fueron visto y no visto. Sus mosquetones, cadenas y cordones de cuero de colores, junto con su estampado realizado con plantillas callejeras, han hecho de ellas un auténtico must have.
Fuente: vogue.es
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